Autoconsumo energético remoto
El autoconsumo energético remoto es ya una realidad gracias a la aparición de parques fotovoltaicos con modelos de autoconsumo remoto. Esto permite a cualquier persona disponer de paneles solares, independientemente de donde viva. Un ejemplo de esto es Comunidad Solar, que ofrece la posibilidad de adquirir paneles solares para autoconsumo en remoto. En lugar de estar en el tejado de la vivienda, los paneles estarían en un parque fotovoltaico situado en Fuente Álamo (Murcia), pero la energía generada se descontaría de la factura del usuario.
Cada vez son más las personas interesadas en beneficiarse de un autoconsumo energético y sostenible, pero que carecen de un espacio propio para poder instalar los paneles fotovoltaicos que necesitan. El autoconsumo remoto es una idea simple pero revolucionaria a la vez. Tras pasar por un proceso de asesoramiento, los usuarios interesados adquieren la titularidad, durante 30 años, de un mix energético sostenible que proviene de parques fotovoltaicos e hidráulicos remotos, en Murcia y Palencia.
Cada panel solar tiene un coste financiable de 1.200 euros y produce, a lo largo de su vida útil, unos 30.000 kWh, que se aplicarán al consumo del hogar del usuario. Se trata de un modelo cuyas ventajas van más allá del no necesitar un tejado donde instalarlos; es que esa energía generada les seguirá incluso en el caso de que se muden a otro domicilio, que quieran dividirla entre viviendas diferentes o, incluso, cederla a otros usuarios (e incluso a sus herederos).
Es importante aclarar que los miembros de Comunidad Solar seguirán pagando los costes fijos, peajes, etcétera, a través de su factura de luz. Sin embargo, la energía que produzcan los paneles remotos de Comunidad Solar les costará 0 € el kWh durante 30 años. Con una inversión promedio de 4.800 € para comprar 4 paneles solares remotos, los miembros pueden ahorrar hasta un 70% en su factura de luz.
En resumen, el autoconsumo energético remoto es una realidad cada vez más presente en nuestra sociedad y ofrece una alternativa sostenible y eficiente para aquellos que desean beneficiarse del autoconsumo energético pero carecen del espacio necesario para instalar paneles solares en su vivienda.
¿Te gustaría poner paneles solares pero no tienes dónde?
La generación de energía solar sigue aumentando, mientras innovación y emprendimiento hacen posible disponer de placas solares en parques fotovoltaicos remotos.
En 2017, Eugenio García-Calderón emprendió un viaje extraordinario al recorrer toda España en una bicicleta solar que él mismo había diseñado. Con esta aventura de un año de duración, completada en 80 días con 25 etapas diferentes, este ingeniero madrileño, graduado en la Universidad Politécnica, tenía como objetivo destacar la importancia de los modelos energéticos sostenibles. Desde entonces, ha mantenido una motivación constante en este tema. Solo un año después, junto con otras siete personas, fundó Comunidad Solar, una empresa emergente que comenzó instalando paneles solares en chalets, luego en comunidades de vecinos y finalmente llevándolos a todos los ciudadanos, sin importar dónde vivan ni si pueden instalar paneles en sus propias casas. Incluso en áreas remotas.
Pero, ¿cómo se puede aprovechar la energía solar si no se cuenta con un lugar propio donde instalarla? La idea de Comunidad Solar es simple: ofrecer a sus suscriptores una mezcla de energías sostenibles mediante la compra de paneles solares ubicados en uno de sus parques fotovoltaicos. Esto incluye energía solar y también energía hidroeléctrica a través de una pequeña central situada en una aldea palentina junto al río Pisuerga. Al tener paneles solares propios, ya sea en el tejado de su hogar o en una comunidad energética remota, se puede producir energía sin necesidad de comprarla al mercado. Y al producir energía propia, el costo es mucho más bajo (alrededor de cinco veces menos) que si se tuviera que adquirir de un tercero que la produce y la vende con un margen de ganancia. Así lo explica García-Calderón.
La producción de energía fotovoltaica está experimentando un crecimiento exponencial cada año, impulsada por los esfuerzos de la Unión Europea para reducir las emisiones de carbono, la disminución del costo de los paneles solares y el aumento del precio de la electricidad. En España, por ejemplo, ya existe un parque nacional de energía solar con una capacidad instalada de más de 20,000 megavatios y en abril de este año se logró una producción de 3,833 GWh, superando incluso la generación nuclear. De hecho, junto con la energía eólica (que aportó 5,441 GWh), fueron las dos principales fuentes de energía en ese mes.
El futuro se orienta hacia el autoconsumo energético, motivado principalmente por la búsqueda de ahorro, pero no es la única razón. García-Calderón destaca que muchas personas buscan independencia energética y están cansadas de las grandes compañías que han manipulado el sistema eléctrico y la política, acumulando un gran poder sin gestionarlo de manera responsable. Según él, es necesario apostar por un modelo energético diferente, en el que los activos no sean propiedad de las empresas, sino de las personas.
Hasta ahora, acceder a estas fuentes de energía renovable estaba limitado a aquellos que vivían en viviendas unifamiliares con sus propios tejados o en comunidades de vecinos donde al menos una tercera parte de los propietarios diera su aprobación para instalar paneles solares. Sin embargo, dado que el 65% de la población española vive en apartamentos, la propuesta de Comunidad Solar adquiere una relevancia aún mayor. No hay barreras físicas y no se depende de terceros, ya sean vecinos u compañías distribuidoras de energía que, en la práctica, obstaculizan la conexión a la red de instalaciones en azoteas comunitarias con sus trámites y requisitos de permisos.
«Se están imponiendo muchas dificultades, con tiempos de espera que pueden superar el año y medio… El principal obstáculo radica en los permisos de acceso y conexión, y eso es algo que directamente recae en las compañías distribuidoras», declaró recientemente Raquel Paule, directora general de la Fundación Renovables, en una entrevista a este periódico. Estas dificultades podrían explicar por qué la gran mayoría de las instalaciones de autoconsumo en España son individuales.
Comunidades solares: Extremadura
Para comprender cómo unirse a comunidades solares como esta, es mejor explicar lo que no se necesita: no es necesario tener un techo propio, realizar instalaciones ni obtener licencias de obras. Incluso si estás alquilando una vivienda, puedes formar parte de la comunidad. «Y si te mudas, solo necesitas actualizar tu dirección», explica García-Calderón. Al contactar con Comunidad Solar, un representante estudia los patrones de consumo de cada individuo para determinar cuántos paquetes energéticos necesitan. Por ejemplo, para un consumo medio de 3,600 kWh al año en España, se requerirían cuatro combinaciones energéticas, es decir, cuatro paneles solares y las correspondientes participaciones en la hidroeléctrica.
Cada panel, con una vida útil de aproximadamente 30 años y una generación de alrededor de 30,000 kWh, tiene un costo de 1,200 euros y puede ser financiado. «Imagina un hogar que gasta alrededor de 100 euros al mes en electricidad. Si compran esos cuatro paneles en una ubicación remota, su factura de luz sería de alrededor de 30 euros. Financiando la inversión de 4,800 euros a 10 años, teniendo en cuenta los intereses, estarían pagando aproximadamente otros 30 euros. Por lo tanto, desde el primer mes, ahorrarían 40 euros, y una vez que se haya completado el pago, el ahorro será aún mayor», agrega García-Calderón. Además, realiza un cálculo adicional: si se divide el total de 30,000 kWh por el costo, el precio sería de 3.6 céntimos por kWh, en comparación con un promedio del mercado de alrededor de 17 céntimos en los últimos dos años.
Al tratarse de un activo de propiedad del usuario, es posible cederlo a un tercero (incluso a los herederos), compartirlo entre diferentes viviendas e, incluso, en caso de cambios en las necesidades, comprar nuevos paneles o vender las participaciones, ya sea a otros usuarios de la comunidad o a la propia empresa. Si se genera más electricidad de la que se consume, el excedente beneficia directamente al usuario, quien obtiene un descuento adicional. Incluso si el usuario ya no necesita la energía generada, por ejemplo, si se muda a otro país, puede optar por vender toda la energía producida y recibir los ingresos en su cuenta bancaria o acumularlos en un monedero sin fecha de vencimiento.
«Es importante destacar que el 40% de la población no logra mantener una temperatura adecuada en sus hogares, es decir, por debajo de los 16 grados, por miedo a encender la calefacción y luego enfrentar una factura de luz excesiva. Esto es relevante porque, al ser productores, las personas no tienen que preocuparse por los precios del mercado: ellos mismos producen y consumen la energía», recuerda García-Calderón.
El objetivo es hacer crecer la comunidad para que en cinco años se alcance la cifra de 400,000 personas con su propio activo energético en España, antes de expandirse a otros países con condiciones climáticas similares, como Portugal o Italia. Pero, sobre todo, se busca servir como ejemplo para otras comunidades energéticas en el futuro. «Este modelo se puede aplicar en cualquier país del mundo, pero debe hacerse de manera adecuada… En última instancia, se trata de cambiar la forma en que se hacen las cosas en el mundo de la energía. Y si nos imitan, significa que los beneficios obtenidos por las grandes compañías eléctricas habrán llegado a su fin».
La motivación del ahorro, energético y económico
Disminuir el importe de la factura eléctrica es el principal incentivo de muchos de quienes eligen el autoconsumo energético, pero no es el único. También está la inquietud medioambiental y el sentimiento de pertenencia a un proyecto que contribuye a democratizar la energía y hacer posible que cualquier persona, en cualquier lugar de España, pueda tener su energía renovable.
Albert Escoms y su esposa Lizeth Sánchez compraron un ático en Picaña (Valencia) con la intención de tener una vivienda sostenible, moderna y eficiente. Tras calcular que su consumo rondaría los 5.500 kW anuales, adquirieron cinco packs energéticos (de solar e hidráulico) para reducir considerablemente su factura. Antonio Molina, encargado de personal en una empresa de fertilizantes en Villena (Alicante), explica que el autoconsumo es una de las herramientas más eficaces para paliar los efectos del cambio climático.
Comunidad Solar ofrece no solo paneles solares, sino también una participación en una pequeña hidráulica, lo que permite generar energía incluso por la noche. Con alrededor de 2.500 horas de sol anuales, España es uno de los países más soleados de Europa, lo que hace que el crecimiento de este tipo de energía sea lógico. Antonio Munera, un licenciado en Físicas jubilado en Nuevo Baztán (Madrid), reconoce que había pocos paneles solares en España a pesar del promedio de horas de sol superior a otros países europeos. La existencia de subvenciones que cubren hasta el 45% del desembolso hace que la inversión en renovables sea más asequible.
En resumen, el autoconsumo energético ofrece una alternativa sostenible y eficiente para disminuir la factura eléctrica y contribuir al medio ambiente. Comunidad Solar ofrece una opción interesante para aquellos que desean beneficiarse del autoconsumo pero carecen del espacio necesario para instalar paneles solares en su vivienda.